El «mansplaining» ha llegado a la isla de Lola
Andaba yo hace tiempo dándole vueltas a escribir sobre esto que llamamos “mansplaining”, es decir, el “cuñadismo” al estilo machirulo, pero no acababa de ponerme a ello (y no será por falta de ejemplos…). Pues ha llegado el momento y mira tú por dónde, hasta le puedo poner nombre propio al individuo.
Escribí no hace mucho un post, La nueva “educación”, que giraba en torno a mi preocupación sobre el sistema educativo. La “inspiración” fue una entrevista a Alberto Royo, un profesor que ha publicado un libro que se titula Contra la nueva Educación. Como no estoy de acuerdo con lo que opina, pues lo expresé, que para eso estoy en mi isla. Y lo que escribí no eran más que algunas de las cuestiones que forman parte de lo que llamamos “educación activa”. Pues mira tú por donde que se ha dignado en contestarme. Y no voy a entrar en cada uno de sus comentarios, sólo voy a puntualizar que si me molesto en escribir sobre algo es que lo he leído con atención. Disculpa Alberto, pero dudar de ello raya la mala educación, eso que tanto te preocupa. Podremos no estar de acuerdo en la interpretación pero es que la vida es así, no todo el mundo tiene que estar de acuerdo con lo que pensamos. Y menos mal.
Tengo que admitir que parece que has leído mi post con detenimiento e incluso mi perfil profesional. Ahora que lo pienso, ese tono displicente, esa incomodidad con el lenguaje inclusivo, esa “bromita” repetida con mi nombre, ¿tendrán algo que ver con que me defina como feminista? No sé, serán imaginaciones mías pero detecto un cierto tufillo patriarcal. Menos mal que cuando decimos lo que pensamos siempre aparece el varón salvador que nos ayuda a aclarar lo que tenemos en la cabeza.
En todo caso, te agradezco que tu “entrevista” me haya llevado a reflexionar de nuevo sobre el sistema educativo. Reflexión por cierto, que comparte mucha gente. Gente a la que le importa el conocimiento, que lee textos largos y que, por suerte, tiene una gran capacidad crítica. Además, agárrate, creemos en la buena educación feminista. Y me refiero a la que se aplica en las escuelas y también a la otra, a la de las relaciones sociales.