Acoso sexual en el mundo startup
En este 8 de marzo, Día Internacional de las “Mujeres” (que no de la “Mujer”, porque no hay dos mujeres iguales), os hablo del machismo en las startups.
He leído un artículo titulado Silicon Valley, el reino de la tecnología lo es también del machismo y la discriminación. Y no vayáis a creer que hablan de micromachismos, no. Se trata de acoso sexual en toda regla, admitido e impune.
No es extraño: la mayoría de las startups son proyectos de empresas dirigidos por hombres jóvenes criados videojuego en mano, con una educación muy exigente dirigida a que se convirtieran en los mejores profesionales. Con su grado universitario, su MBA, su todo. Preparados para ser machos alfa killers del mundo empresarial. Cuando empecé a dar clases en la Universidad no dejaba de sorprenderme la cantidad de gente que se matriculaba en Administración y Dirección de Empresas. Aspirantes a mandar en un mundo feroz, casi nada. De la cara que ponían cuando les explicaba de qué iba esto de la igualdad, hablamos otro día. Con 18 años te pueden cambiar algunos esquemas pero la educación en igualdad tiene que estar presente desde el principio.
Y como dirigir una gran empresa está complicado, y el que más y la que menos andamos a bordo del barco del emprendizaje, la startup se convierte así en el centro del universo personal, con horarios interminables, mezcla del ocio con el negocio y enfoque de género cero patatero. Ni política de recursos humanos ni legislación laboral que valga. Vamos, que conciliación suena aquí a encontrar tiempo para ir al gimnasio.
El resultado son proyectos de lo más cool con condiciones laborales propias de siglo XIX. Una cultura de los negocios con apariencia de Toy Story y el corazón de La naranja mecánica.