Choza De Cuento

Cuentos tradicionales para mayores de 18

  • 22 marzo, 2017

Un par de puntualizaciones antes de empezar:

1.- Yo no tengo un blog para hacer amigos (ni amigas). Qué le vamos a hacer, más bien dejo aquí lo que me enfada y así me ahorro dinero en terapias.

2.-No soy psicóloga ni filóloga. A veces sé un poco de igualdad de género y veo que a las mujeres nos toca luchar por nuestros derechos y, en última instancia, por nuestras vidas, en esta sociedad patriarcal.

Así que aplico mi mirada a la realidad que me rodea y acabo de hacerlo en este post de Tamara Chubarovsky sobre la simbología de los cuentos de hadas y sus beneficios para el desarrollo infantil. Y me he mosqueado.

Creo que “los cuentos de hadas” tradicionales no son apropiados para leer durante la infancia. Son sexistas, machistas y, muchas veces, incitan a la violencia de género. Así, sin paliativos. Constituyen un elemento fundamental para el mantenimiento del patriarcado, es decir, para que sigamos siendo consideradas y tratadas como seres inferiores.

Para empezar están plagados de princesas sumisas que esperan al príncipe salvador. ¡Bienvenidas niñas al mundo del amor romántico! Si no salís de ahí, este ideal os perseguirá de por vida y hará que tengáis relaciones de pareja bien chungas. ¿Y el resto de mujeres que aparecen en las historias, cómo son? Ya lo sabemos, malas brujas o peores madrastras.

Así que no me vengáis con mandangas de que los cuentos tradicionales son estupendos para incorporar la espiritualidad en las vidas de nuestras hijas o en la de nuestros hijos, que también podemos hablar de los terribles modelos de masculinidad que imponen. Las criaturas no están preparadas para entender el mundo simbólico, aún no tienen esas herramientas.

Son cuentos basados en obras anteriores o en leyendas tradicionales para personas adultas. Vamos, como que la Bella Durmiente está basado en Sol, Luna y Talía, que escribió Giambattista Basile en 1634. ¿Y a qué no avidináis lo que pasa? Pues ni más ni menos que el príncipe viola a la princesa dormida. Casi nada: leyendas cargadas de sabiduría ancestral.

Las versiones que nos han llegado vía Perrault primero y los Grimm después, son más ligeras, sí, pero leer estos cuentos sin filtro con nuestros hijos y nuestras hijas es como darles un caramelo más envenenado que la manzana aquella.

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