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De la guardería a los videojuegos

  • 20 enero, 2017

¿Que qué tienen en común? Los dos son sustitutos de mamás y papás. El hecho es que los niños y las niñas pasan cada vez más tiempo delante de una pantalla. Porque la no-conciliación es un engaño. Trabajamos fuera de casa porque necesitamos los ingresos, porque queremos desarrollarnos profesionalmente o porque estamos hasta la coronilla de criar solas. Y luego hay que encargarse de lo de dentro. Y es que tenemos la mala costumbre de comer todos los días, nos gusta ponernos ropa limpia aunque sea arrugada y llega un momento que las pelusas se hacen fuertes en la casa y toca luchar contra ellas. Que sí, que ya sé que tú, hombre excepcional que estas leyendo esto, también te ocupas, pero la verdad de la verdad, es que el grueso de la cuestión, sigue estando encima de nuestras espaldas, my friend.

Y ahí estamos, deseando que el bebé crezca para enchufarle, con no demasiada mala conciencia, una peli que te permita organizar el día siguiente, intentar verle el fondo al cubo de la ropa sucia o depilarte, que eres feminista pero no tanto.

Cuidado, no estoy diciendo que tengamos nosotras la culpa, no, bastante tenemos con convertirnos en expertas en malabares familiares 24 horas. Estos días leíamos que los trastornos del espectro autista, TDAH y otras alteraciones, están creciendo por la separación temprana de los bebés de sus familias. Vamos, guarderías 1, salud mental 0. ¿Te sorprende? A mí nada. Y es que, a falta de casa, donde esté una madre (o padre) de día que se quite la guardería. ¿Que son caras? Vivo en este planeta, lo sé. Exijamos subvenciones.

Además el aumento de la violencia machista adolescente tiene mucho que ver con la generalización de las nuevas tecnologías. Ya se habla de ciberviolencia de género, que no es más que otra manifestación de lo que las TIC han traído en su mochila a nuestras vidas: sextorsión, ciberbullyng, sexting… Sacad la libreta para apuntar, porque esto es para perderse.

Los niños y las niñas acceden antes a todo tipo de dispositivos y pasan cada vez más tiempo delante de ellos. Como receptores al principio (en la fase dibujos animados) y como participantes en cuanto pueden acceder a internet.

La mejor receta para que accedan al mundo virtual con la autoestima bien alta y una educación en valores decente, es criar en igualdad. Pero para que esto sea posible necesitamos pasar más tiempo “en familia” (tú también, papá lector). Porque la batalla es feroz y van a necesitar una buena armadura si no queremos más víctimas colaterales.

Así que, a quien corresponda: Más conciliación (de la de verdad) y menos televisión.

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